domingo, 13 de julio de 2008

BORGES


"No me gusta nada Borges. No choca con piedra.
La reblandece". [1]


"J.L. Borges, autor conocido por su exceso de cultura, ha fallado por lo menos dos de sus libros, en los que sólo los títulos eran bellos: primero su Historia Universal de la Infamia, puesto que no vio la diferencia elemental que los brujos establecen entre la trampa y la traición (los devenires-animales ya aparecen ahí, forzosamente del lado de la traición). Una segunda vez en su Manual de Zoología Fantástica, en el que no sólo muestra una imagen heteróclita e insulsa del mito, sino que elimina todos los problemas de manada y, en el caso del hombre, de devenir animal correspondiente: "Deliberadamente, nosotros excluimos de este manual las leyendas sobre las transformaciones del ser humano, el liboson, el hombre-lobo, etc. " Borges sólo se interesa por los caracteres, incluso por los más fantásticos, mientras que los brujos saben que los hombres-lobos son bandas, los vampiros también, y que esas bandas se transforman las unas en las otras". [2]


"Es el momento en que Borges (bella y conmovedoramente) escribe, después de haber refutado el tiempo: "And yet, and yet... Negar la sucesión temporal, negar el yo, negar el universo astronómico, son desesperaciones aparentes y consuelos secretos... El tiempo es la sustancia de que estoy hecho. El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy ese río; es un tigre que me destroza, pero yo soy ese tigre; es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego. El mundo, desgraciadamente, es real; yo, desgraciadamente, soy real".
En esta confesión final está el Borges que queremos rescatar y que de verdad es rescatable: el poeta que alguna vez cantó cosas humildes y fugaces, pero simplemente humanas: un crepúsculo de Buenos Aires, un patio de infancia, una calle de suburbio. Este es (me atrevo a profetizar) el Borges que quedará. El Borges que después de su frívolo periplo por filosofías y teologías en las que no cree vuelve a este mundo menos brillante pero que cree; este mundo en que nacemos, sufrimos, amamos y morimos. No esa ciudad X cualquiera en que un simbólico Red Scharlach comete sus crímenes geométricos, sino esta Buenos Aires real y concreta, sucia y turbulenta, aborrecible y querida en que Borges y yo vivimos y sufrimos." [3]





NOTAS


[1] CANETTI, Elias. "Apuntes. 1973-1984". Traducción de Genoveva Dieterich. Barcelona, Galaxia Gutenberg. Círculo de Lectores, 2000. p. 128.

[2] DELEUZE, Gilles. GUATARI, Félix. "1730. Devenir-intenso, devenir-animal, devenir-imperceptible..." En: "Mil Mesetas. Capitalismo y esquizofrenia". Traducción de José Vázquez Pérez con la colaboración de Umbelina Larraceleta. Valencia, Pre-Textos, 1997. p. 247.

[3] SABATO, Ernesto. "Sobre los dos Borges". En: "Tres aproximaciones a la literatura de nuestro tiempo". Santiago de Chile, 1968. pp. 61-62.

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