viernes, 27 de julio de 2007

ALFORD: LA CANCIÓN DE LA SOLEDAD


Sergio Arturo Rubiano Romero
Universidad Distrital Francisco José de Caldas


En referencia de la obra de Luis Fernando Charry, Alford, se ha de destacar el silencio y la soledad como la compañía perfecta para un personaje como Luis Alford, quien probablemente ha vivido y experimentado más experiencias que cualquier otro aventurero o narrador incansable; las vivencias propias de un niño, un joven que poco a poco se va transformando en hombre (con una velocidad sorprendente) y que para cualquiera, tal vez, no tenga nada de sorprendente, pero que moldean y definen una vida poco normal. Sin embargo, esta vida poco normal se pueda entrelazar con la vida de Luis Fernando Charry (o Luis Fernando Alford), pues muy probablemente los dos “Luises” sean de la misma generación, compartan los mismos gustos y tengan una concepción de la vida muy similar; y, tal vez, la mejor muestra de ello se refleje en una delicada estimación por la música, que toca desde los compositores más clásicos y admirables, hasta los más queridos y cuestionados ídolos del rock contemporáneo; de esta manera, se podría establecer un rasgo que comienza a definir a algunos escritores que comienzan a surgir como producto del moldeamiento de los medios de comunicación, en este caso, la televisión, la radio y la prensa, que directa o indirectamente van hormando cada vez más fuertemente en las nuevas generaciones (me atrevería a decir que desde los años 60 en adelante).

De cierta forma, he interpretado dos palabras que tal vez no tengan nada que ver directamente con la obra Alford, o con su personaje Luis Alford, pero que se asemejan en su escritura y pronunciación y que de alguna manera encajan con la esencia del personaje y del escritor. La primera palabra es alforre, (alforre: (Del ár. hisp y este del ár. clás, el ave noble). m. ant. Especie de halcón.). La anterior es la definición que aparece en el diccionario, llama la atención en lo referente a que es una especie de halcón; Luis Alford es una especie de halcón que vuela solitario, se deja llevar por el viento, (que es una de sus fuentes de inspiración), que de vez en cuando vuela en compañía de otras aves y que cada cacería suya es un trofeo más para su vida y su formación como ser solitario e individual. Tal vez el significado de Alford tenga que ver con la palabra alforre, en cierta forma por lo anteriormente dicho, porque mi interpretación pudo vislumbrar a un Luis Alforre, que obtuvo presas que posiblemente ningún águila lograría atrapar.

Otra palabra a la cual hallé alguna relación con Alford fue alforjero, (alforjero, ra: adj. Perteneciente o relativo a las alforjas. 2. m. y f. Persona que hace o vende alforjas. 3. Persona destinada a llevar en la alforja la comida para otras. 4. m. Lego o donado de algunos institutos religiosos mendicantes que pide limosna de pan y otras cosas, y la recoge en las alforjas que lleva. □ V. perro ~.). Alforjero es un perro de caza enseñado a quedarse en el rancho guardando las alforjas. Hago principal énfasis en la última definición de alforjero, refiriéndose a un perro destinado a una labor específica, a Luis Alford le encantan los perros, él siempre ha sido un perro condenado a habitar un cuerpo humano, es el mismo perro protagonista y elemento mínimamente nombrable en cualquier cantidad de novelas y cuentos, necesariamente hace parte de la literatura, principalmente de la contemporánea. Entonces, se podría considerar la existencia de otro Luis… un Luis Alforjero que le gusta quedarse en su casa, en su “rancho” de Dos Musicales para ser, para crear y componer, alejado de las compañías, muchas veces, tediosas y de esta forma… crearse y componerse.

Y a todo lo anterior se suma la soledad como una compañía perfecta para crear, no sólo para los dos “Luises”, sino también para algunos músicos, lectores y escritores que componen canciones bajo otros nombres (pensamientos, escritos, textos, composiciones, ideas, pinturas, esculturas, escenas, películas, videos, etc.), música que algunos pocos logran escuchar y apreciar realmente en compañía de la soledad tal como Luis Alford logró dar origen no sólo a algunas canciones sino también a su propia vida ensimismada, pero perturbadoramente inquietante.
Fotografía: Andrés Torres Guerrero.

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