YO EN OTRA PARTE…

JEIMY LORENA ROMERO PERILLA
UNIVERSIDAD DISTRITAL


La obra de Sanín, nos traslada a un mundo que, para una primera impresión es, diferente al nuestro, porque nos lleva a “otra parte”. Lo primero que uno piensa al leer la obra es que la autora no trabaja con base en lo que nos rodea, o en aquello que para nosotros implica una verdad, una realidad. Ella trata de salir de ésta creando un mundo de “locuras”, “extravagancias”, “cosas sin sentido” que nos llenan de elementos complejos, porque rompe los esquemas tradicionales de la literatura, ya que la historia que ella crea es diferente a las que por lo general uno está acostumbrado a leer, pues la mayoría de autores casi siempre recorren un mismo camino; tal vez la problemática colombiana, tal vez hechos de amor y desamor comunes, de principios trágicos y finales felices. La historia que nos cuenta Sanín de una mujer que abandona a su pareja y emprende una serie de viajes que, a mi parecer, son una forma de escape a sus sentimientos, a una forma de vida de desorden, a una vida que no tiene rumbo fijo, una mujer desesperada por las circunstancias de la existencia, pues no creo que, en la obra, la protagonista haya sido alguna vez realmente feliz; nunca se mencionan sus alegrías y, por lo general, la de casi ningún personaje. La mayoría de ellos tienen en la obra momentos de tristeza, desesperación y desengaños.

Cada vez que Carlota se marchaba, decidía robarle algo a Julio, el protagonista, y cada vez que regresaba a su ciudad, donde se quedaba por espacio de dos días, le entregaba un regalo, viendo tal vez una opción para que él nunca la olvidara.

Pienso que a la autora se le ocurrió esto con el fin de mantener alguna pequeña historia de amor, una historia romántica dentro de su obra, sin negar que dentro de la misma hay muchas más, pero la historia de nuestros protagonistas es una historia de amor muy particular, pues los directamente implicados Julio y Carlota, ya habían vivido un tiempo juntos y, de un momento a otro, deciden separarse. Julio vive su vida como si nada, la disfruta, se acuesta con otras mujeres y sólo espera el momento en que llegue Carlota a robarlo y le deje su regalo, Mientras tanto, a ella, que se dedicaba a darle la vuelta al mundo, sólo le interesaba averiguar la verdadera historia de un hombre que está haciendo un perro; tal vez esto del hombre que está haciendo el perro es lo más absurdo de la obra, pues lo primero que uno piensa y se pregunta es ¿cómo se puede interpretar esto? ¿Qué es lo que verdaderamente la autora nos quería a dar a entender con esto? ¿Cómo se puede crear algo que ya existe? Y, más aún, ¿cómo “un hombre” puede crear otro ser vivo?

Este hecho, que para la misma autora es “solo una frase”, nos da a entender, a nosotros como lectores, que a lo largo de la historia esta frase tiene una doble intención; para la autora (posiblemente) fue, en primer lugar, una forma de mantener la intriga y llamar nuestra atención; y, en segundo lugar, fue una gran estrategia para que los que leemos el libro no pudiéramos separarnos de su obra; tanto los protagonistas de la misma historia como nosotros mismos nos sentíamos motivados por la curiosidad.
Uno se sorprende de la capacidad que tiene Sanín para burlarse desde la complejidad de la trivialidad que promueven los medios, ¿cómo con algo tan absurdo llama la atención de los lectores? Esta obra, que marca la diferencia, utiliza grandes estrategias que no poseen muchas otras para atraparnos, pues, al empezar a leerla, se va sintiendo la necesidad de seguir y seguir hasta el final, la necesidad de dar respuesta a todos esos interrogantes con los que uno se tropieza dentro del recorrido de esta historia.
Por ejemplo, otra de estas estrategias es involucrar a los medios de comunicación como informadores constantes de la misma, por esto crea a “Los Mundos” que es, al mismo tiempo, un periódico, una cadena de televisión, y una emisora radial donde diariamente se cuenta la historia de Julio y Carlota; la historia del hombre que está haciendo un perro y muchas otras cosas que suceden a lo largo de la obra, como son los amoríos que se desenvuelven a lo largo de la misma, el secuestro de Carlota, la pequeña vida de los otros personajes, que tal vez representan muchas de las vidas de nuestro mundo, pues cada uno encarna un estilo de vida, representando los diferentes modos de sobrellevar la existencia, de sobrevivir en una sociedad llena de problemas, ocio, placer, cosas sin sentido, etc. Y esto es lo que hoy en día muestran nuestros medios de comunicación, que se han vuelto algo tan común para nosotros, ya que casi siempre intervienen en la vida privada de la gente, exponiéndosela al público y convirtiéndola en noticia, creando rumores e intrigas y esto tal vez es lo que mueve la novela de Sanín, pues, en el desenvolvimiento de toda la obra, las intrigas, que en este caso son en gran parte de los medios, se convierten entonces en la base de la historia.

Se creerá que me contradigo en lo que expongo, porque al principio de mi articulo planteo que en una primera impresión esta obra nos saca de lo rutinario, de nuestra realidad, que está llena de “absurdos” y hechos difíciles de entender, pero quisiera aclarar entonces que dije “en una primera impresión”, porque, al sumergirse totalmente en ella, uno se da cuenta que tiene muchas cosas en común con lo que se vive a diario, porque este mundo, en diversas ocasiones, también carece de sentido y vive lleno de absurdos; tal vez esa otra parte que explora Sanín, ese mundo del inconsciente, está aquí en nuestras vidas; cuando digo aquí, me refiero a mi realidad, a este siglo, a este momento.

Por todo lo expuesto, puedo afirmar, entonces, que esta obra, que para mí marcó totalmente la diferencia, es una obra que intenta mostrarnos en parte la realidad de una forma distinta, es una obra que nos da la oportunidad de abrir nuestra imaginación, de crear y soñar, abriéndonos las puertas para cruzar a otra parte.

Fotografía: Andrés Torres Guerrero.